Emociones detrás de la fibromialgia
- Licda. Giuseppina Varsi _ Psicólga Especialista en
- 15 feb 2017
- 2 Min. de lectura
Médicamente la fibromialgia es la “Enfermedad de las fibras musculares” (Fibro: Fibras. Mio: Músculo. Algia: Dolor). La persona que la experimenta siente dolor en las fibras de los músculos y en el tejido fibroso de los ligamentos y tendones. El dolor es generalizado y de tipo musculoesquelético. Existe una sensación dolorosa ante la presión en puntos específicos. Se diagnostica mediante un examen clínico en el que se consideran los síntomas de la persona, los cuales básicamente son: dolor generalizado, rigidez matutina o posterior al reposo, alteraciones del sueño, fatiga y alteración de la sensibilidad.
Desde el punto de vista simbólico, las fibras del cuerpo representan las fibras o vínculos familiares. Por ello la BIONEUROEMOCIÓN® considera a la fibromialgia la enfermedad de los vínculos familiares. Estas fibras la jalan hacia direcciones opuestas porque las personas se sienten atrapadas entre dos informaciones contradictorias que las jalan para lados opuestos: “Voy hacia mi familia que me hace daño o voy hacia mí misma?
Finalmente se quedan atadas a los vínculos familiares, sintiendo una GRAN OBLIGACIÓN de estar con ciertas personas y hacer ciertas cosas. Son excesivamente serviciales y responsables aunque no deseen hacerlo. Admitir esto último les evoca mucha culpa y tienen miedo de ser duramente juzgadas por ello y rechazadas por la familia. Temen perder su identidad, que en este caso no es una identidad propia sino una “identidad familiar”, dado que al ser personas que no se valoran a sí mismas, no poseen una identidad propia. Se ven y valoran en función de su familia, y están siempre está esperando el reconocimiento de ésta. Racionalmente piensan que deben ocuparse de todo por ellas mismas porque de lo contrario nadie lo hará. En el fondo, es “ocupándose de todo” como buscan agradar y ser reconocidas por la familia.
Las personas con fibromialgia no viven su vida, toman caminos que no les satisfacen, donde se sienten obligadas a atender personas o situaciones sin desearlo realmente. En otras palabras, sus movimientos las dirigen hacia donde no quieren ir realmente, y sienten fatiga. Como consecuencia sienten mucho dolor emocional, impotencia, un sufrimiento interior. Ante ello sus músculos reaccionan con la rigidez y el dolor propios de esta enfermedad que las obliga a detenerse. Sabiamente el cuerpo les exige parar y dejar de hacer cosas que no quieren hacer, lo cual tarde o temprano puede terminar desgastándolas.
El problema es que al paralizarse por el dolor, las personas con fibromialgia se sienten culpables de no poder seguir haciendo lo que hacían, lo cual les genera más dolor emocional y posteriormente físico… Y se paralizan más. Por ello es imprescindible tomar consciencia del conflicto emocional asociado a la enfermedad, de las emociones reprimidas, y evitar que ésta se siga reciclando.
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